Tú rostro lleno de arrugas y tu cabello gris, echan a volar mi imaginación dando paso a las aventuras mas increíbles que jamás maquine siquiera.
Ese eres tu, mi padre, eres libre como una gaviota que aletea feliz por los cielos, flirteando con la brisa salina de aquel inmenso mar, ese mar que con generosidad nos entrega el sustento diario.
Esa mañana te despediste como siempre dándome un pequeño beso en mi mejilla, así como lo hacia mi madre antes de morir, era de madrugada y el cielo lloraba, dejando caer sus lagrimas en la tierra, tuve un extraño presentimiento pero me dijiste que no me preocupara que todo estaría bien y te marchaste.
Tomaste rumbo hacia la caleta, debías revisar las trampas del día anterior, mas nunca regresaste.
Nuevamente un extraño presentimiento apretó mi pecho, luego alguien golpeo la puerta, me contó todo lo sucedido, tu no escuchaste las advertencias y sin mediar palabra alguna te embarcaste en tu pequeño bote, más a unos minutos de navegar aquel mar que antes nos cobijo hoy embestía contra ti, grandes vientos seguidos de grandes marejadas, tu bote se volcó más tu nunca saliste a flote.
No sabia que hacer mi ser quería desvanecerse entre la niebla y jamás regresar, pero en ese instante recordé tus palabras, tus enseñanzas de jamás rendirse.
Aun continuo aquí solo vagando por la costa, sintiendo tu presencia en cada ola y escuchando tus rimas con la brisa, por ti padre no me rendiré aunque esté solo.
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2 comentarios:
waa. k triste!..
-_-... toto..
escribe lendo manito!..atare
esperando nueva entrada! =D.
ia manito ese jue mi post
el aporte xD..
te kero! bye bye.
casi me emocione asta las lagrimas, este texto lo encontré vastante emotivo, tal ves por el hecho de que el perder a un ser querido y siempre recordarlo por lo que enseñó es algo que conosco en carne propia, me encanta leer este tipo de escritos tuyos, sigue asi, deleitando a los lectores.
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