viernes, 14 de marzo de 2008

Moneda De Doble Cara

Mirada baja, fumando un cigarrillo, camino con dirección oeste mi gabardina y mi sombrero me dan el aspecto del típico detective solitario de las películas, quizás y eso soy o por lo menos creo serlo. Bueno todo comenzó una noche de lluvia en la capital, noche de lujuria en mi departamento Elena era una diosa, un manjar que solo yo tenía el privilegio de saborear, aquella noche me platico de su viaje al corazón del sur.

-Tendré que partir por algunos días. –me dijo-

-Esperare con ansias tú regreso nena. –respondí-

Y bueno fue así como Elena partió por la mañana, yo seguía mi rutina; ya saben trabajo, bares, departamento, en fin por más delincuentes o esposos adúlteros que descubriera no podía quitarme de la cabeza su ausencia.

Pasados unos días tocan a mí puerta…

La diosa regresaba, trayendo con ella un mar de satisfacción y lujuria desenfrenada a mi hogar. Muchas veces se me ve como un tipo rudo, pues así lo soy, pero ella puede convertirme en un mocoso de 5 años llorando por un juguete que no tendrá.

-Debo regresar Mañana –acotó-

-Pero si acabas de llegar.

-Lo siento amor, pero aún queda trabajo que hacer.

-Mierda!!!

Partió por la mañana, como la última vez. Por mí cabeza comenzaron a dar vueltas y a unir cabos los más alcantarillados pensamientos.

-Ahora que lo pienso, está allá con su jefe.

-¿Y si me está engañando con el bastardo?.

-… no lo creo pero…. Es posible.

Pensamientos sin sentido creerán ustedes pero no lo son tanto cuando su mujer viaja solo son su jefe al sur, para hacer válgame que cosas.

Fue así como se conllevó la situación, siempre la misma, un día llegaba al otro partía. Mi confusión no deje esperar y cegado por el odio tomé rumbo hacia donde se encontraban, ¿como podría saber yo donde estaban?, bueno no sería un buen detective si no lo supiera ¿no lo creen así?.

Mirada baja, fumando un cigarrillo, camino con dirección oeste, llego al hotel, pero me informan que se han marchado hace unos días.

-han arrendado una cabaña a las faldas del cerro – me informa la recepcionista-

Una vez recopilada la información tomo rumbo nuevamente, ni los animales nocturnos ni los hechiceros podrían detenerme en ese momento, mi ceguera se había curado, pues mi mirada ahora era roja, como la sangre que saborearía, hermoso trofeo para un “cornudo”. A lo lejos diviso la cabaña, no está tan lejos como lo pensé, reviso mi anti-problemas, reluciente como siempre mi querida y silenciosa mágnum 44, pero nena aún no es tú momento, la guardo y me acerco sigilosamente.

Junto a la ventana puedo escuchar risas y gemidos.

-Maldita puta! – Pienso-

Luego de escuchar por un momento aquellos sonidos atronadores, no aguanto más y destrozo la ventana de un golpe, estaba todo en penumbras, alborotado pero en penumbras, fue así como tomo un cuello en mis manos, de hombre no podía equivocarme, y comienzo a machacarlo con mis manos, gritos suplicas, sangre!!!! Y por último luz…

Bien tenia al jefe de Elena casi muerto tomado del cuello, pero ¿Y Elena? , no estaba por lado alguno, solo una provinciana jadeante de temor junto al interruptor…silencio.

Luego de un momento se abre la puerta, es Elena que me mira con ojos de incomprensión y temor por la escena, bien ella venia del hotel a dejarle unos documentos a su jefe.

Como comprenderán nunca más volví a saber de ella, su jefe me secó en la cárcel, una de las moralejas nunca dejes a medio matar a un tipo influyente. Pero sin duda la más importante nunca desconfíes sin pruebas, sobre todo si ese es tú trabajo, buscar pruebas, pues terminaras desilusionando a todos y peor aún terminaras desilusionándote tú mismo.

1 comentario:

TonekaChan dijo...

buena historia, pero ya escuchada...